Puedes mantener tu esencia (estilo, moto, inspiración) pero con una apariencia limpia y profesional. Una cosa no tiene que ver con la otra.
El concepto de marca personal o personal branding, está siendo muy utilizado en estos tiempos para hacer esfuerzos de marketing. La teoría expica que “consiste en considerarse uno mismo como una marca, que al igual que las marcas comerciales, debe ser elaborada, transmitida y protegida, con ánimo de diferenciarse y conseguir mayor éxito en las relaciones sociales y profesionales. El concepto surge como una técnica para bu
scar empleo o hacer cambios en la vida profesional.”
Sin embargo, ¿qué sucede cuándo lo que tratamos de comunicar es totalmente diferente a lo que hacemos ? Terminamos por destruir, en lugar de construir nuestra reputación. Este proceso no tan fácil como publicar en facebook una frase bonita que copiaste de algún difunto famoso, o hacer un re-tweet de Paulo Coelhlo para que tus seguidores vean que compartes la inspiración de un famoso... ¡NO! Exactamente, así no es…
Para construir una marca personal debemos tener en cuenta, que su desarrollo e implementación comparten elementos marketinianos con los de una marca comercial. Debes comenzar por definir tus objetivos, y crear un contenido único que proyecte tu verdadera escencia como persona y profesional. Muéstrate tal cual eres, claro está, no te digo que vayas y publiques una foto sin ropa para que te vuelvas viral en segundos y los memes acaben contigo. Comenta con base y fundamento de los temas que conoces y los que dominas, no escribas disparates porque terminarás siendo la mofa de turno de los usuarios y perderás tu credibilidad.
Cuidado con el uso inadecuado de las redes, existen páginas personales y profesionales (no las mezcles, en ocasiones suele ser contraproducente). Cuando te expreses, ten presente que todos pensamos diferente y que cuando publicas contenido, es porque quieres que todos conozcan tu sentir.
Es aquí, cuando debes aprender a identificar lo que quieres que sea tu “personal branding” ; existe aquel que es un profesional con ganas de comerse el mundo, sin embargo, su forma de vestir y hablar no es la adecuada para el mundo empresarial, ya que no es congruente con sus ofrecimientos. El lenguaje coloquial que usas en con tus amigos no es el mismo que usas al momento de presentar una propuesta formal de servicios.
Las redes sociales están llenas de comentarios “profesionales” y profundos que cuando los lees están llenos de errores. Independientemente cual sea tu mercado tus mensajes hablados y escritos deben ser congruentes. De igual manera que la ropa que utilizas para ir al centro comercial, no es la misma que usas para ir a una reunión de negocios; así deben ser tus redes.
Caballeros, por favor, acicálense. Es bastante desagradable a la vista que lleguen a una reunión con una barba kilométrica y sin arreglar…. Y es aquí cuando me dicen: “la barba es parte de mi marca personal…” Acto seguido colápso y respondo: “hay barbas y barbas”. Puedes mantener tu esencia (estilo, moto, inspiración) pero con una apariencia limpia y profesional. Una cosa no tiene que ver con la otra.
Damas, cuidado con los “selfies”. El abuso de esta famosa modalidad, puede percibirse como poco profesional. Debes tener claro porqué quieres que te contraten y piensen en ti: Si es por tu “lindo selfie” o tu increíble conocimiento y dominio sobre los temas. Al igual que los caballeros, cuidado con el uso exagerado de accesorios y ropa que no se ajusta a la realidad laboral. Dicen por ahí que en cuestión a vestimenta: menos es más.
Pasos sencillos para que trabajes tu marca personal:
Define tu personalidad (estudios, experiencia laboral, valores, etc).
Identifica qué te diferencia de los demás.
Establece tus objetivos (deben ser alcanzables y concretos).
Crea tu marca personal: biografía, lenguaje, lo que dices y cómo lo dices. Tu imagen (tanto física, como virtual), entre otros.
Desarrolla una estrategia y plan de trabajo: frecuencia de contenidos, actividades de networking, propuestas, etc.
Mide los resultados y re- evalúa tu estrategia.
Autora: Edmée Montilla
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